A todas las personas
nos interesa saber qué son las responsabilidades tributarias, en dónde se
originan y cuál es la importancia de su cumplimiento.
Aunque no hablemos
particularmente de cada una de ellas, nos proponemos facilitar su comprensión y
exponer la importancia del comportamiento ético en las acciones de los
ciudadanos en su relación con el deber de la contribución.
Las responsabilidades
tributarias son las distintas obligaciones, sustanciales (pago de los
impuestos) y formales (declaraciones, presentación de información, inscripción
y actualización en el registro único tributario, RUT, entre otras), que se
originan por el hecho económico en cabeza de una persona natural o jurídica.
El Estado permite el
desarrollo de una actividad económica legal, la explotación, producción y
comercialización de bienes y servicios, la posesión y uso de propiedades, el
ejercicio de profesiones y oficios, todos ellos en función de la construcción
de la sociedad que nos hemos propuesto y así facilitar el bienestar de las
personas. Como respuesta, el ciudadano asume el cumplimiento de las
obligaciones tributarias correspondientes.
El incumplimiento de
una responsabilidad tributaria por parte de un contribuyente expresa un
comportamiento de falta de solidaridad con
el resto de la sociedad, lo que lleva a mostrar que no es solo la omisión de la
obligación tributaria la que se afecta, sino la ausencia de responsabilidad
social.
Cuando el monto del
impuesto que se paga no es el esperado, ya sabemos que se afectan los ingresos
que harían parte del presupuesto y si además el contribuyente omite información
o incumple con obligaciones formales, engaña no solo al Estado sino a los demás
contribuyentes y ciudadanos que están actuando de manera honesta y transparente.
Entonces, las
actuaciones éticas de los ciudadanos, de las empresas, de los funcionarios y
del Estado, son la base para construir confianza mutua. Cada hecho que altere
la responsabilidad y el compromiso social debilita la confianza, y si la
confianza se pierde, se pierde el proyecto de construcción de sociedad y la
posibilidad de bienestar de las personas.
La tarea para todos
los ciudadanos es doble: en primer lugar, cumplir con el compromiso social
comenzando con las responsabilidades tributarias con el fin de fortalecer la
confianza y la construcción de sociedad y en segundo lugar, propiciar en todas
las personas el comportamiento responsable y ético con lo cual se fomentarían
las relaciones económicas legales, honestas y transparentes.
La sociedad actual no
puede permitirse un incumplimiento, una infracción ni un delito más en materia
tributaria, aduanera o cambiaria.
A propósito de las
responsabilidades y el cumplimiento oportuno, invitamos a las personas
naturales obligadas a presentar su declaración de renta del año anterior. Consultar el vínculo de la página:
Cultura de la Contribución, un compromiso de
construcción colectiva de sociedad y bien común.