viernes, 7 de noviembre de 2014

¿Por qué las Aduanas?


“El que se pone de puntillas no puede sostenerse derecho”
Proverbio chino

¿Dejaría usted la puerta de su casa abierta y se acostaría a dormir tranquilamente?

En ninguna época ni lugar es posible obtener respuestas totalmente afirmativas a esta pregunta.  Algo parecido sucede con los países.

El territorio colombiano, incluido subsuelo, mares, espacio aéreo, etc. es nuestra casa, cuenta con puertas y vías de acceso y salida, posee fronteras, costas, puertos, aeropuertos, caminos y carreteras internacionales que permiten el ingreso y salida de personas y de mercancías de origen nacional o extranjero.

En este escenario, al Estado le compete la seguridad de las fronteras, también la seguridad económica. Por tanto debe controlar las transacciones comerciales, incluidas las del mercado internacional para lograr el propósito de  proteger la economía interna y obtener ingresos tributarios. 

La Aduana  se presenta como el órgano del Estado que controla y facilita el comercio exterior, asegura que los ingresos provenientes de las operaciones de importación y exportación de mercancías sean los que corresponden e impide la entrada o salida de manera ilegal de bienes o  aquello que denominamos contrabando.

Logros de la DIAN

La Aduana ha permitido un ingreso del 16% del tributo nacional, el cual llegó a un poco más de 100 billones de pesos durante el período de agosto de 2012 a julio de 2013, es decir, por concepto de importaciones y exportaciones se recaudaron más de 16 billones de pesos.

De otro lado, la Aduana controla el ingreso de mercancías de contrabando.  Se considera que la DIAN ha incautado en el último año cerca de 800 mil millones de pesos; sin embargo al territorio nacional puede estar entrando cerca de doce billones de pesos en mercancía ilegal y el Estado deja de percibir  entre 2 y 3 billones por impuestos externos.

Reto ciudadano

Esta situación nos lleva a preguntarnos,  ¿estamos durmiendo con la puerta abierta?

Dado que la labor de la DIAN no alcanza a tener toda la cobertura necesaria para impedir el ingreso y venta de mercancías de contrabando, es necesario que todos los colombianos menores y mayores de edad, nos comprometamos con la siguiente tarea: identificar un producto de origen ilegal y evitar la compra y consumo de estos bienes.

Esta acción consciente nos llevaría a reflexionar sobre los siguientes  hechos que impactan nuestra economía:

-  Creer que se está ahorrando y haciendo un bien a nuestra economía personal, pero resulta que nadie garantiza la calidad del producto.

-  Optar por la satisfacción personal al comprar un producto de contrabando, probablemente más económico que un producto nacional o uno importado y comercializado legalmente, sin importar el tratamiento dado a la mano de obra en condiciones precarias y de sobreexplotación.

-  Desconocer el origen de las marcas, las cuales pueden ser falsas y las materias primas diferentes a las de un producto original.

-  Ignorar el impacto sobre la economía nacional, pues debe competir con productos ilegales, afectando la producción y sobre todo el empleo

-  Desconocer nuestra responsabilidad personal en la pérdida de recursos que no ingresan a formar parte del presupuesto nacional para contribuir con obras y servicios de salud, educación y bienestar.

Con estas prácticas,  estimulamos el comercio ilegal para el fortalecimiento de ciertos delitos como el narcotráfico el lavado de activos y la financiación de actos criminales contra nuestra sociedad.

En nuestras manos está permitir o dejar sin soporte a estos delitos. Si cada colombiano se compromete a cerrar la puerta al contrabando y a la ilegalidad entraremos por el verdadero camino de la prosperidad.


Cultura de la Contribución, un compromiso 
de construcción colectiva de sociedad y bien común.

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